Vivienda para estudiantes en Holanda: entre desafíos, aprendizajes y oportunidades
Por Farid Dieck
Cuando hablamos de estudiar en otro país, muchas veces pensamos en todo lo nuevo: culturas, idiomas, amigos, experiencias… Pero hay una realidad que muchas veces no se menciona tanto, y que es básica para construir una buena experiencia como estudiante internacional: la vivienda. ¿Dónde vas a vivir durante esos meses o años? ¿Cómo te aseguras de sentirte seguro, cómodo y tranquilo para rendir adecuadamente en la universidad?
Hoy quiero hablarte de algo muy específico y relevante: la vivienda para estudiantes en Holanda. Y créeme, este tema da para mucho más que solo buscar un cuarto en una lista de Facebook. Hay un mundo debajo de esta necesidad básica que se conecta con temas de migración, economía, justicia social, políticas públicas, salud mental y hasta sostenibilidad. Vamos a desmenuzarlo paso a paso.
¿Por qué Holanda? El atractivo académico y los retos habitacionales
Holanda (Países Bajos), ese pequeño pero poderoso país europeo con canales, bicicletas y molinos, se ha convertido en uno de los destinos más populares para jóvenes de todo el mundo que desean estudiar en Europa. Con universidades que figuran entre las mejores del mundo, como la Universidad de Ámsterdam, Delft University of Technology, o Universidad de Leiden, el país ofrece una educación de alta calidad completamente en inglés, lo que atrae enormemente al alumnado internacional.
Pero aquí viene el contraste más fuerte: la escasez crónica de viviendas estudiantiles. Esta ha escalado al punto que organismos como Nuffic, la organización holandesa para la internacionalización de la educación, y el propio gobierno han advertido de la gravedad del problema. En ciudades universitarias como Ámsterdam, Utrecht o Groningen, los estudiantes enfrentan una difícil realidad: no hay suficientes cuartos. Y los que hay, suelen ser costosos, pequeños y en ambientes poco regulados.
Este desequilibrio entre oferta y demanda ha creado múltiples efectos: ansiedad, deserción escolar, estudiantes durmiendo en sofás o incluso en campings temporales, y una sensación constante de incertidumbre. Pero también ha generado respuestas creativas, redes de apoyo y un cuestionamiento profundo del modelo housing actual.
Tipos de vivienda para estudiantes en Holanda
Cuando uno llega con toda la emoción de empezar una nueva aventura académica, descubre rápidamente que hay varios tipos de alojamiento. La elección va a depender, por supuesto, del presupuesto, la ubicación, pero también de qué tan ocultas o accesibles sean ciertas opciones. Aquí te comparto una visión general:
1. Residencias Estudiantiles Universitarias
Algunas universidades ofrecen alojamiento a estudiantes internacionales, principalmente durante su primer año. Estos cuartos son usualmente amueblados, cercanos a los campus y ofrecen una estructura comunitaria muy positiva. Sin embargo, son muy limitados y suelen otorgarse por prioridad temporal.
Por ejemplo, la Universidad de Groningen tiene cooperación con la plataforma SSH Student Housing. Una vez dentro, todo bien, pero entrar es otra cosa. Hay listas de espera de meses y cupos que desaparecen en minutos.
2. Viviendas privadas o compartidas
Otra opción común es alquilar una habitación en una casa compartida con otros estudiantes o jóvenes que trabajan. Esta modalidad puede ofrecer más independencia, pero viene con su propio set de desafíos: precios altos, competencia intensa y muchas veces, discriminación.
Un término que se popularizó es "kamernood", que literalmente significa escasez de habitaciones. Muchos anuncios especifican “no internacionales”, “solo mujeres” o “no estudiantes”. Esto genera una especie de selección natural injusta que excluye a los que más lo necesitan.
3. Estudios o departamentos privados
Para quienes tienen más presupuesto o buscan más privacidad, un estudio o pequeño departamento puede ser la solución. El problema es que en ciudades como Ámsterdam, los precios pueden rondar fácilmente los 1,200 euros mensuales.
Además, los requisitos a veces son absurdos: contratos laborales, depósitos de hasta 3 meses, y antecedentes financieros. Muchos estudiantes no pueden cumplir con estas condiciones.
4. Alternativas emergentes: barcos, containers y comunidades sostenibles
En medio de esta crisis, han surgido ideas innovadoras. Algunas universidades y ayuntamientos han adaptado barcos como residencias flotantes, containers reconvertidos en estudios, e incluso comunidades sostenibles enfocadas en el co-living.
Un ejemplo es The Student Hotel, que ofrece alojamientos estilo hotel con espacios comunes, coworking, y muchos eventos sociales. Aunque es caro, representa un nuevo enfoque de vivienda transitoria para jóvenes.
Recomendaciones para conseguir vivienda como estudiante internacional
Si estás planeando estudiar en Holanda, la vivienda debe estar en tu lista de prioridades desde el día 1. Aquí van algunas recomendaciones basadas en entrevistas, experiencias personales y estudios recientes:
1. Empieza la búsqueda con mucha anticipación
Esto suena cliché, pero no lo es: empieza a buscar desde 6 meses antes. Sí, literal. Plataformas como Kamernet, Housing Anywhere, Room.nl y grupos de Facebook de universidades pueden darte una idea inicial de la oferta.
También puedes pre-registrarte en portales como SSH.nl o contactar directamente con las oficinas de housing de tu universidad.
2. Ten tus documentos listos
Los caseros o agencias te pedirán típicamente:
- Copia del pasaporte
- Carta de aceptación de la universidad
- Prueba de ingresos o garantía financiera
- En algunos casos: referencias anteriores de vivienda
Tener estos documentos traducidos y listos digitalmente puede ahorrarte semanas.
3. Monitorea todos los días
Esto es literalmente como buscar trabajo o boletos de concierto. Las buenas ofertas se van en minutos. Hay estudiantes que instalan alarmas y sistemas de notificación para estar entre los primeros en aplicar.
También puedes escribir una presentación personal informal donde cuentes quién eres, qué estudias y por qué eres un buen “roomie”. Holandeses valoran mucho la transparencia, la independencia, y la limpieza.
4. Cuidado con las estafas
La desesperación es una puerta abierta a los fraudes. Nunca transfieras dinero sin tener un contrato oficial verificado o haber visitado la vivienda (o al menos tener un video call con el dueño). Los fraudes abundan, y cada año se reportan cientos de casos.
Fue tan grave que en 2022, el gobierno lanzó una campaña nacional “Don’t Pay Without a Key”, instando a estudiantes a evitar pagos sin garantías.
Estudios, datos y ejemplos significativos
Según un estudio del Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia de los Países Bajos, para 2023 había más de 115,000 estudiantes internacionales activos, un aumento del 17% en comparación con 2021. Sin embargo, la capacidad de vivienda solo creció un 2%, generando un desbalance preocupante.
Otro estudio realizado por Dutch Student Union reveló que el 36% de los estudiantes internacionales considera dejar el país por la situación habitacional.
A su vez, un informe del Dutch Housing Monitor propone que se necesita una construcción urgente de al menos 60,000 unidades nuevas de vivienda estudiantil para 2026, enfocadas especialmente en sostenibilidad, accesibilidad y diversidad cultural.
También han surgido movimientos sociales como WijWonen y The Young and United, donde estudiantes se organizan para exigir mejores condiciones y visibilidad en el problema.
En redes se volvió viral la historia de Ritika, una estudiante india en Rotterdam, quien vivió en un camping durante su primer semestre porque no encontró cuarto. Su video con el título "Study in Europe they said…" alcanzó más de 2 millones de vistas e inspiró campañas de apoyo.
El reflejo de una sociedad en su vivienda estudiantil
Más allá de la vivienda como estructura física, lo que está en juego es la dignidad, la inclusión, y la salud mental del estudiante. Tener un espacio seguro donde descansar, estudiar y sentirte tú mismo es básico para construir una experiencia académica transformadora.
Lo que pasa en Holanda con la vivienda estudiantil es un espejo de cómo una sociedad responde ante nuevos flujos de personas, diversidad cultural y cambios demográficos. Impera la necesidad de diálogo, pero también de acción urgente.
Muchos estudiantes han tenido que construir soluciones colectivas, redes de apoyo, estrategias digitales y hasta asociaciones legales para resistir. Ese tejido social es poderoso, creativo y profundamente resiliente.
La vivienda, como dice el activista holandés Jeroen van Berkel, no es un lujo, es un derecho humano. Y eso empieza conectando historias, compartiendo información y tomando decisiones informadas.
Y si tú estás leyendo esto porque estás a punto de iniciar tu propia aventura estudiantil internacional, recuerda que además de saber dónde vas a vivir, necesitas prepararte para cómo vas a presentarte profesionalmente al mundo.
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